16.3.18

frases de “Yo, Tonya”



¿Cuál era la impresión de las personas sobre mí? Que soy una persona real que jamás se disculpó por crecer pobre o ser una pueblerina. Lo cual soy.

En un deporte donde los malditos jueces quieren que seas una una versión antigua de lo que debería ser una mujer.

No puedo hacer que se calle. Así que me es más fácil traerla al hielo, si sabe a qué me refiero.

Vamos, patina.

Seis meses después gané mi primera competencia. Tenía 4 años. Bien, esas perras no sabían qué las había golpeado.

¡Mal! Ordinario. No tiene nada de especial. ¿Lo estás intentando al menos? Porque hay otros lugares donde quisiera estar, carajo.

-¿Pudiera no decir malas palabras delante de los niños, por favor, LaVona?
-No dije malas palabras, perra.

¡Deja de hablar con ella! Si esa chica es tu enemiga. No estás aquí para hacer amigas.

No me digas lo que tienes que hacer. Te pago para que patines.

El asunto con Tonya era que patinaba mejor cuando estaba enojada.

-Le dije a mamá que Margie Sussman nos llamaba “basura blanca”. Mamá me dijo: “¡Escupe en su leche!”
-Espero que no hicieras eso.
-Aún no...

Tiene 12 años y hace unos jodidos triples. No encaja: se destaca.

-No vas a dejarme aquí. ¿Papá? ¿Papá? ¡Llévame contigo!
-Estás... en medio de mi camino.

No por alardear ni nada, pero si le hubiera dicho a Jeff: “Puedes buscarte algo mejor, amigo”, nadie hablaría de ellos hoy.

-¿Eres un jardinero o una flor, John?
-Es... es Jeff.
-En una relación hay una flor y hay un jardinero.
-No respondas eso.
-No lo sé, yo... pensé que...
-Soy una jardinera que quiere ser una flor. ¿Cuán jodida estoy?
-Ésta no cuidará tu jardín para salvarte la vida. Vas a tener que hacer toda la jardinería por tu cuenta, amigo.



¿Ustedes ya se acostaron?

Era muy dulce al principio. Besaba bien, me decía que me amaba y le creí. Pero entonces... empezó a pegarme hace unos meses.

Luego me decía que no volvería a pasar, pero pensé: mi madre me golpea. Ella me ama. Y creía que era mi culpa. Eso era lo que conocía.

Era el primer chico que había amado. El único problema era que me daba tremendas palizas.

Esto es una mentira. Jamás hice esto.

-Puedo ver ese ojo morado a través de tu maquillaje, sabes...
-Ayer me caí en la pista.
-No lo sé, Tonnie. Yo nunca estaría con alguien que me golpeara.
-Tú golpeaste a papá.
-Eso es diferente.
-De todos modos dijo que lo sentía.
-En serio, eres una maldita tonta que cree que merece que la golpeen.
-¿De dónde saqué esa idea?
-Quizás debería pegarte. Sí. Tal vez aprendas a mantener la boca cerrada.

No me vestiré como un hada retrasada.

-Si hiciera un Triple Axel tendrían que darme mis malditos puntos.
-No puedes hacerlo.
-¡A veces puedo!

-No fue mi culpa.
-Nada nunca es tu culpa.
-Lo hice mejor que las demás.
-Patinaste como una marimacho sin gracia. Estaba avergonzada de ti.



Mirando hacia atrás, esa fue probablemente nuestra época más feliz. Hacía emparedados de mantequilla de maní y mermelada y ella se iba a las competencias. Teníamos exactamente los mismos intereses. A ambos nos gustaban los camiones y arreglar autos. Así que pensé que duraría para siempre.

Oigan, ¿cómo obtengo una puntuación justa aquí? Porque me levanto a las 5 de la mañana cada día a partirme el trasero. ¿Alguien quiere decirme en mi cara que jamás me darán las puntuaciones que merezco?

Bueno, ¿sabe qué? Si puede darme cinco mil dólares para mi traje, entonces no tendría que hacerme uno. Pero hasta entonces...

Ésa no fue mi culpa. A menos que la pubertad sea mi culpa.

Siendo justos, Jeff sí la amaba. La amaba realmente, ¿bien? Recuerdo que una vez la llevó a un concierto de Richard Marx. Ahí fue cuando supe que todo el asunto era en serio.

Haces cosas tontas cuando eres joven... como casarme con Jeff.

No sé qué decirte. Te casas con el primer idiota que te dice que eres linda. Maldita tonta: ¡no te casas con idiotas!

La mayoría de la gente no entiende cuál difícil es siquiera intentar hacer un Triple Axel. Hay una razón por la que nadie lo intenta. Patinas hacia atrás, luego despegas desde una posición de delante en tu pierna izquierda y de alguna manera... te lanzas ciegamente por tres y media rotaciones como si fueras jodidamente ligera lo cual, les digo, Tonya nunca lo fue. Aterrizas en el pie opuesto en el borde exterior trasero de esa delgada cuchilla. Es esa media rotación extra cuando ya diste tres que nos hizo llamar a Tonya, el Charles Barkley del patinaje.

Todas esas personas que dijeron que no podía hacerlo, bueno... ¡Jódanse!

Era amada. No puedo describir cómo se sintió.



Por primera vez, supe... supe que yo era la mejor patinadora artística del mundo.

Tan pronto volvió de las Nacionales, era una persona completamente diferente. Y esa persona ya no quería más al viejo Jeff.

El Jeff del que me había enamorado, ya no existía. Si me levantaba por la mañana, me golpeaba. Si me iba a cagar, me golpeaba. Lo que digo es que ya no necesitaba una razón.

Los de la comunidad de patinaje se decían: “¡Dios mío! ¿Qué mierda? ¿Ésta es nuestra campeona de patinaje?”

Tonya hizo un Triple. Nadie más pudo ni tenía las bolas de intentarlo.

Tonya Harding no era la imagen.

¿Puedo interrumpir con unas breves palabras sobre Nancy Kerrigan? Sólo será un momento. Nancy y yo éramos amigas, ¿sí? Fuimos compañeras de cuarto algunas veces en el camino. Pero la prensa quería que Nancy fuera la princesa y que yo fuera la pila de basura.

¿Qué clase de maldita persona golpearía la rodilla de su amiga?

-Tendré la última palabra, soy el hombre.
-¡Somos los hombres!

He sido especialista de cooperación en Suiza y Europa. Recuperar rehenes es mi especialidad.

-¡Tonya!
-¡No!
-¡Jódete tú!

Yo quería ser amada.

Fue primera en los Estados Unidos en 1991. Fue segunda del mundo en 1991. Tercera en las Nacionales de Orlando. Llegó tarde a esos Juegos y se perdió por completo la ceremonia inaugural.

Bien, rompí las cuchillas de mi patín, dos días antes en la práctica. Y las colocaron de nuevo algo mal. Así que todos mis aterrizajes eran malos. Todos. Quiero decir... no era mi culpa.

Sacó dos armas de su camioneta y alcohol. Luego simplemente me dejaron allí con él. Y es por eso que no confío en las autoridades. Ni en nadie.

Jeff es bueno hablando para salirse de cualquier situación. Nunca hablen con él.

Bien, mi historia desaparece en este momento. ¿Qué carajo? Cuando quedas cuarta en las Olimpiadas no obtienes ofertas de patrocinio. Lo que consigues es un trabajo a las 6 de la mañana en Spud City.



-Te ves bien.
-Me veo como una persona que pudo salir de esta mierda y la cagó.

Mi carrera en el patinaje se acabó. No tengo ahorros y terminé de mesera como mi mamá. Pero por el lado positivo: no tengo habilidades.

-Mierda, estoy fuera de forma.
-La pera es una forma.

El mundo te está dando una segunda oportunidad. Sé que no crees en ellos, pero yo sí.

Nunca se ha tratado únicamente de patinaje. Negaré que lo dije, cariño, pero no eres la imagen que queremos proyectar. Representas a nuestro país... ¡por Dios Santo! Necesitamos ver a una familia estadounidense saludable. Y tú... tú te niegas a hacerlo.

No tengo una familia estadounidense saludable. ¿Por qué no puede ser sólo el patinaje?

-¿Hubo algo que hiciera bien para ti alguna vez?
-Eras blanda.
-¿A los 3 años?
-Te hice una peleadora. Nunca tuviste oportunidad...
-Me jodiste mi cabeza. Me hiciste pensar que patinaba mejor cuando mi vida era una mierda. Y ahora mi vida es una mierda. Hiciste eso realidad. No quiero eso.

-Cuando era una niña, ¿me amaste alguna vez o algo así?
-¿Crees que la madre de Sonja Henie la amaba? Pobre cretina. No me quedé en casa haciendo pasteles de manzana. No. ¡Te hice una campeona! Sabiendo que me odiarías por eso. Ése es el sacrificio que hace una madre. ¡Desearía haber tenido una madre como yo, en lugar de una gentil! La gentileza no te da nada. ¡No me agradaba mi madre tampoco! ¿Y qué? ¡Te di un regalo, maldita sea! Me maldeciste.
-Eres un monstruo.
-No tiene remedio, cariño.

Lo admito. Una parte de mí aún creía que el sol salía y se ponía con ella.

Alguna gente honesta, ante Dios, recuerda haber visto a Tonya golpeando a Nancy ella misma.

Y me dejó pensando. Lo que no es siempre una de mis fortalezas. ¿Qué pasaría si le hiciéramos lo mismo a Nancy Kerrigan?

No sería la primera persona que hace trampa en el patinaje artístico. Mucho de esos jueces son corruptos. Y eso no es exactamente formal y correcto. Alguien se lo hizo a Tonya, no lo olvidemos. Es mi manera de decirle que la amo.

Conozco a un tipo. No debería ni decir su nombre. Derrick.

-Estoy de tu lado, Tonya.
-No eres un agente secreto. No eres un asesino. Sólo eres una bolsa de gases y un don nadie gordo que vive con sus padres y conduce un Mercury del 76, de quien se ríen por la espalda y que jamás ha tenido sexo.



Mi mente está en blanco. No dejes que te vean a los ojos.

No creímos que algo así pudiera hacerse por dos de los más grandes tontos en una historia repleta solamente de tontos.

-¿Qué mierda hiciste?
-Cambié el curso de la historia.

Tenía que asegurarme que se hiciera. Soy el guardaespaldas de Tonya. Y ahora todas las otras patinadoras, quizás otros atletas necesiten uno. Así que el dinero va a entrar. Y nos forraremos de dinero y habré cambiado el curso de la historia.

En mi profesión, tengo que pensar cuatro pasos adelante de todos. ¿No te diste cuenta de que fui yo quien... fui yo quien le hizo las amenazas de muerte a Tonya?

La gente no me toma en serio, Jeff. Pero tengo las situaciones controladas. Probé eso hoy.

Antes del ataque esperó afuera de la arena en Massachusetts donde pensó que Nancy Kerrigan entrenaba. Y movió su auto cada quince minutos para evitar sospechas. Hizo eso por dos días. Hasta que descubrió que Nancy estaba en Detroit.

-¿Cómo me encontraron?
-La próxima vez que hagas un asalto, hijo, no utilices Visa.

-¿Qué puede decirnos de Tonya Harding?
-No conozco a Tonya Harding.
-¿No es su guardaespaldas?
-Bueno...

¡Jeff, voy a perderlo todo! Trabajé toda mi vida para esto... ¿y lo perderé por el maldito Shawn?

¿Qué parte de mantén tu boca cerrada no fue clara, maldita puta estúpida?

-¿Tonya, qué se supone que haga? ¡Tonya? ¿Cariño?
-No lo sé. Realmente creo que deberías matarte.

-De hecho, me han citado como experto en perfiles y tendencias terroristas.
-¿Dónde?
-En... creo que fue en una revista de viaje, hace años, en la Guerra del Golfo.

Pensé que ser famosa iba a ser divertido. Fui amada... por un instante. Luego, fui odiada. Después, era sólo una broma. Era como ser abusada todo el tiempo de nuevo. Sólo que esta vez, era por ustedes. Todos ustedes. Todos ustedes eran mis atacantes también.



-Gané mi lugar en el equipo de manera justa y perfecta.
-Sacar a la competencia con un bastón retráctil hace que no lo vean así.

¿Puedo decir algo rápido sobre Nancy Kerrigan? Bien... Mi cordón se rompe, lo que supongo es mi culpa, pero realmente no lo es. Y salgo. Hago las mismas cosas como todas las demás... Pero no recibí una buena puntuación porque no tenía oportunidad con los jueces desde el principio.

Fue una gran historia pero no necesito una gran historia. Yo fui mi propia gran historia cuando patiné. Hice mi mejor esfuerzo y obtuve el octavo lugar. Pero Nancy... salió y patinó hermoso, no diría lo contrario. Ganó una maldita medalla de plata. Y cuando le pusieron esa medalla sobre su cuello parecía como si hubiera pisado mierda. Sólo... ¡Vamos! ¿Por qué soy la pobre perdedora en todo esto? Una medalla de plata olímpica. Parecía como si hubiera pisado mierda.

¿Nunca me dejarán patinar de nuevo? ¿No podré nunca? Prefiero ir a la cárcel.
Por favor.

-Su Señoría, no tengo educación. Todo lo que sé es patinar. Eso es todo lo que sé. Y no soy nadie si no puedo... si no puedo patinar.
-Está bien.
-No soy... no soy un monstruo.

Me levanté una mañana antes de ir a la cárcel y la prensa se había ido. Como si lo hubiera soñado. Establecieron un perímetro alrededor de la casa de Simpson antes de que el cuerpo fuera descubierto.

Fui la segunda persona más reconocida del mundo después de Bill Clinton. Eso significaba algo. Las personas aún querían verme. Así que me convertí en una mujer boxeadora. ¿Por qué no? La violencia era lo único que conocía de todos modos.

Estados Unidos, saben, quieren a alguien a quien amar. Y quieren a alguien a quien odiar. Y lo quieren fácil. Pero, ¿qué es fácil?

Y los que me odian, siempre dicen: “Tonya, di la verdad”. Pero no existe tal “verdad”. ¡Eso es una mentira! Todos tienen su propia verdad. Y la vida, sólo
hace lo que quiere. Ésa es la historia de mi vida. ¡Y ésa es la maldita verdad!

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